Cuando nace una mujer, ella ya lo sabe todo y nosotros no, ya que el saber para nosotros los hombres tenemos que aprenderlo, y como todo proyecto emprendido algunas veces fracasamos. Dicen que las naciones
fueron creación de la mujer comenzando por las tribus, esas semillas de las futuras naciones
que existen hoy día. Fue la persuasión que hizo la mujer al
hombre lo que lo convenció e sembrar vegetales y criar animales para tener todo en un lugar mismo lugar sin tanto
viaje y sin tanta exploración, eso que nosotros los hombres estamos empeñados
en hacer desde que llegamos al mundo. Y es que la mujer necesitaba hacer más
eficiente el cuidado de sus hijos lo cual al seguir al nómada masculino se le dificultaba, por lo que la llevó a convencer a nuestros antepasados
masculinos de tomar posesión de una tierra y una economía para el sustento y
finalmente a construir un hogar, esos nidos hermosos que comparten con
nosotros. ¿Y donde queda la sexualidad de la mujer en este período de hacer
naciones? no dudo que sus pulsiones sexuales, sus deseos eróticos y la
divinidad del sexo hayan estado presentes -hoy día también- solo que en el
estado primitivo del hombre no les eran prohibidos ni cuestionados. Una vez
asentado el hombre en su nuevo hogar -a mi entender- se produjo el punto de
inflexión, allí se produjo la incomprensión injusta de la naturaleza sexual
femenina. El hombre en su fracaso de comprender a la mujer se asustó por no
saber realmente quien es una mujer en el placer sexual que le produce. Eso nos
dejó en negación y evasión de una realidad desconocida como es la sexualidad
femenina (Freud la llamó "continente oscuro") y como consecuencia
aparecieron las clasificaciones femeninas según sus conductas sexuales como por
ejemplo amante y esposa, por solo mencionar dos que deberían ser una sola. ¿Qué
injusto verdad? Que injusticia con las bellas damas que nos dieron naciones,
nos dieron un hogar y nos dieron lo más importante: la vida. Y es injusto
porque históricamente esa clasificación hace que los hombres busquen en
distintas mujeres los dos lados hermosos que se encuentran en una dama: la
sexualidad con lujuria y el amor apasionado. Nosotros pocas veces descubrimos
que en una sola están esas dos almas, pocas veces nos detenemos a encontrarlas
en ese nido que ellas nos dieron por hogar. La mujer es tan sabia en su afán de
ayudar al hombre a entenderse en este mundo que creó una clasificación que nos
acerca a esas dos mágicas conductas de una bella: La dama, ese comportamiento
infinitamente glamoroso y femenino que nos proporciona ambas mujeres, la de la
sexualidad íntima, salvaje y la del amor sereno. Con todo y este ser completo
que es una dama (tierna y sensual) muchos las buscan en dos lugares sin saber
-o aún sin descubrir- que están muy cerca de nosotros, que están en ese nido
amoroso que comparten contigo. Por eso bellas damas, sigan enseñándonos, sigan
construyendo naciones porque tarde o temprano aprenderemos que ustedes son la
más bella luz del mundo y no serán más nunca para nosotros un "continente
oscuro". Al final ustedes saben que por mucha edad que tengamos, los
hombres continuamos siendo niños en los aspectos del amor y la seducción
femenina. Mil disculpas para ustedes y una rosa para cada una.