domingo, 11 de diciembre de 2011

LA INMORALIDAD QUE REINA EN CASA: CASO VENEZUELA

A veces me pregunto que es la moralidad y la ética y si estas han permeado en la consciencia del venezolano. Ante el acoso del hampa muchos venezolanos decidieron emigrar a paises como los Estados Unidos y rehacer sus vidas en esa patria de libertades. Recientemente estuve de visita en esa nación visitando a un familiar que se casó con una americana de origen latino por interés de legalizarse y obtener su nacionalidad. Este matrimonio es sabido por todos se consumó solo por el interés de dichos documentos por parte del venezolano y sobre todo que la novia no es para nada agraciada (exceso de peso y deformidad en sus volúmenes y formas). Lo terrible es que esta muchacha acostumbrada a la verdad como la mayoría de los estadounidenses no se percató de esta arducia y ha aceptado la deformación de la relación que incluso afecta sus contactos intimos y los cariñosos afectos que deberían regir una relación matrimonial. Resalto este hecho porque la inmoralidad venezolana y el deseo del un mejor destino llevan a los compatriotas a cometer estos hechos, utilizando el engaño y la mentira como forma de lograr los objetivos, burlando las leyes y valores morales de naciones desarrolladas. Sucede que este venezolano conduce un vehículo pesado provisto de un dormitorio rodante en el cual logra saciar sus apetencias por la frustración de tener que soportar una relación de ineterés con alguien que no desea. Su segundo frente (como le llaman en Venezuela a la amante) es un muchacha que también huyó de Venezuela por la inseguridad y la falta de oportunidad. Esta muchacha está casada con un venezolano el cual debe trabajar durante 18 horas diarias cada día de la semana lo que imposibilita atender a su esposa adecuadamente. Durante el tiempo de trabajo de su marido  esta venezolana se pasea y se encuentra en el aposento rodante dando rienda suelta a la traición y la lujuria con este inmoral venezolano frustrado igualmente en su matrimonio. Ambas parejas se conocen, ambas se profesan amistad, pero lo cierto es que la inmoralidad y la traición latente está presente y lo más cruel es con cuan vileza ambos se burlan de sus parejas, tanto por sus deformidades físicas como por las traiciones implícitas. Incluso este personaje llego a referirse a su mujer de la siguiente manera; "yo no me imagino toda la vida tener que soportar lo asqueroso que es el hedor que emana de los pliegues de su asquerosa y estrambótica barriga, olores nauseabundos que hacen mi vida muy dolorosa".  
Este relato que puede ser de la vida real demuestra que los paises desarrollados deben soportar la invación de la inmoralidad, ya que estas aberraciones no se detectan en el momento de hacer cualquier documentación o trámite migratorio en esas naciones. Lo cierto es que la inseguridad y la crisis económica que reina hoy en Venezuela ha paralizado la producción y exportación de bienes y servicios, no así la inmoralidad y actitud delincuencial de muchos venezolanos que por haber nacido en un país sin valores pero con deseos de libertad contaminan naciones que hace ya tiempo habían superado estas endémias sociales que corroen la moral y ética de sus estilos de vida. Muchos venezolanos están en Estados Unidos aprovechando las bondades de esa nación en cuanto a la instalación de negocios, estafando vil y descaradamente a sus compatriotas que por una u otra razón no conocen o se les imposibilita la formalidad legal a la hora de hacer negocios. Muchos odian a Chavez pero aporvechan y menoscaban el dinero nacional con la finalidad conseguir objetivos económicos ilegítimos como si estuvieran viviendo en Venezuela. Por eso se entiende la preocupación de sectores conservadores estadounidenses a la hora de legalizar o aceptar que estos ciudadanos del tercer mundo sean servidos por las bondades de libertad de ese gran país ya que hacen de las suyas en acciones delincuenciales que para nada tienen el carácter moral y ético que caracteriza a la nación norteamericana.


SEGUIMOS CON LA INMORALIDAD QUE REINA EN CASA  (18-03-|2012)
Vengo de una familia muy humilde, llena de disfuncionalidad como el alcoholismo y la inmoralidad que se manifiesta en el robo y el adulterio. En fin, pertenezco a una familia promedio de las que habitan en Venezuela y que por la disociación social que reina en la patria muchos la asumen como normal y de buenas maneras. Comenzaré con describir cada uno de sus miembros para ir mostrando a través de sus actos inmorales la distorsión social que nos ha llevado la peor crisis moral en el país. El menor de los hijos de mi madre, se mudó a Estados Unidos con la firme intención de casarse con una americana de origen latino. Desde que planeó su futuro se imaginó que conocería alguna mujer de origen centroamericano y de figura nada agraciada. Según sus palabras era la forma más fácil y rápida de conseguir el objetivo para obtener la tarjeta verde (green card) requisito indispensable para poder vivir y trabajar legalmente en ese país. Finalmente logró el objetivo de casarse con una mujer con el perfil antes descrito. En Venezuela terminó con una relación sincera que tenía con una bella y sensual mujer (diametralmente opuesta a la horrible y obesa que hizo su esposa) con la intención de que una vez conseguido el objetivo regresaría por ella y continuaría con esa verdadera relación. Obviamente la joven no aceptó semejante inmoralidad y dio por terminada (afortunadamente) la relación con el hijo menor de mi madre. Años más tarde ya casado está viviendo el drama de compartir la cama con alguien que según sus palabras “Es asqueroso tener que soportar el hedor que emana de los pliegues de su asquerosa y estrambótica barriga, olores nauseabundos que me hacen la vida muy dolorosa”. Es decir, sacrificó su felicidad amorosa sólo por conseguir vivir en el país del norte. Esta pobre mujer extremadamente obesa y carente de autoestima tiene que soportar la infidelidad que día a día comete su esposo acostándose en el camión con el que trabaja con la esposa del primo de Alejandro, este último ex esposo de otra inmoral hija de mi madre que describiré posteriormente. Por cierto, dicho camión lo obtuvo producto del robo y estafa que perpetró a dos hermanos al embaucarlos con 40 mil dólares que les robó descaradamente (en su escala de valores ese es el precio de la amistad con su familia). Este es el perfil del último hijo que mi pobre madre parió entrada en años, lo que quizá contribuyó a que el delincuente sufra de disfemia (tartamudez) y leve retraso mental que le impidió desarrollar normalmente sus facultades mentales, aunado a la irritabilidad irracional que siempre le aborda. Mi madre tenía casi 40 años y en esa época era de alto riesgo quedar en cinta a esa edad. Continuando con mi relato, describiré otro personaje que actuando inmoralmente también fraguó la conquista de un esposo útil para el mismo objetivo de la tarjetita verde en Estados Unidos. Sucede que esta mujer -también hija de mi madre- estuvo casada con Alejandro (primo del esposo de la mujer con la que Victor le es infiel diariamente a su estrambótica y obesa esposa). Se mudaron Alejandro y ella a Estados Unidos también con la firme intención de buscar ambos alguna pareja con la cual casarse una vez divorciados falsamente. Es decir, decidieron mandar introducir un documento de divorcio de forma ilegal (ninguno lo firmó y en Venezuela les falsificaron las firmas) y una vez obtenida la sentencia de divorcio proceder a buscar algún americano de origen latino ella y alguna latina él, con el mismo perfil que cuidadosamente Victor les había aconsejado. Bueno, la sorpresa es que ella logró embaucar un Cubano Americano con el cual se caso, pero no le cumplió la palabra a su verdadero esposo Alejandro, al que finalmente dejó por el cubano que ingenuamente le cree el amor y la pasión que le profesa (aunque es evidente el desprecio que siente por el cubano al cual trata y veja en cada instante del día). Es bueno resaltar que los estadounidenses de origen latino no advierten el porqué se les acercan personas que no están en el rango de sus perfiles físicos e intelectuales, sin detectar que detrás de esas relaciones sólo está el interés de la tarjetita verde, esa que casualmente tienen el mismo color de la moneda de curso legal norteamericana.

Por último, otra hija de me mi madre también con aires de honorabilidad y buenas maneras, le fue infiel a su marido hace varios años. Aunque es común este tipo de situaciones donde el alcohol y el maltrato llevan a las mujeres a cometer estos delitos de orden moral, es evidente que la esquizofrenia moral pervierte al actuar y conducirse de estas personas que camufladas de honorabilidad violan sus compromisos sagrados matrimoniales por complacer simples y vulgares pulsiones sexuales, las cuales finalmente terminan destruyendo sus vidas y sus relaciones familiares. Este es un delito menor, pero igualmente repudiable y que se suma a la conducta inmoral y atroz de estos hijos de mi madre que hoy casualmente está de cumpleaños.

Mucho se habla de la solidaridad y unión familiar que prevalece en la familia latinoamericana. Muchas veces se le compara con la anglosajona desmeritando a esta última en cuanto a valores familiares. Sin embargo, se olvida mencionar que los males de Latino América (mucho de los cuales exportamos al primer mundo) se refieren a los valores relacionados a la honestidad, responsabilidad y cumplimiento de acuerdos. Muchos latinoamericanos, impulsados por sus desastrosas vidas huyen de nuestros países y llevan consigo las malas costumbres como esas de violar las leyes e incumplir los acuerdos con la sociedady lo que es peor aun están dispuestos a cometer este tipo de delitos descritos anteriormente sólo por cambiar sus vidas que finalmente terminan destruyendo.

Dios te bendiga madre y se que tu tristeza pasará en algún momento cuando tus nietos laven el nombre de muchos de tus hijos delincuentes e inmorales.


1 comentario:

  1. Pues sí, describes cruda y fríamente lo que es la sociedad venezolana (Y creo que la caribeña, en general). Para tener tal visión, es necesario poseer un lúcido coraje de reconocer nuestros defectos como sociedad y también defectos personales, cosa que es muy poco frecuente entre los latinos, te felicito. Leo también -entre líneas- cierta admiración por los valores que proclama la (y no practica muy bien) cultura anglosajona… Total, es mejor algo, que nada.
    Me gustaría decirte un mensaje de esperanza, pero no se me ocurre nada. Solo un saludo.

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