miércoles, 28 de diciembre de 2011

LA INMORALIDAD ENCUBIERTA EN LA EXPLOTACIÓN MATERNAL POR PARTE DE LOS HIJOS DE UNA DOÑA VENEZOLANA


Llama la atención la cultura machista y explotadora encubierta en el trato que los hijos venezolanos tienen con sus madres de la tercera edad en especial en estos días decembrinos. El relato que voy a tratar de describir ocurre en una familia cercana (por no decir precisamente cercana) pero que quizá sea el comportamiento típico de los venezolanos vernáculos en relación al trato con sus progenitoras.
En estos días la señora Aida Pastora, madre de nueve hijos (cinco varones y cuatro hembras) está de visita en esta querida ciudad panameña para acompañar a una de sus hijas. Es estrambótico presenciar como esta abuela de 70 años se esmera en la atención incondicional a todo el clan familiar de su hija, incluyendo hijos, marido y ascendente de este, en lo que respecta a cocinar, lavar, planchar y en algunos casos asistir en las necesidades corporales de los ancianos de filiación política (que conviven con esta una de sus hijas). Ante el decoro que aparenta la felicidad con que muchos hijos latinoamericanos encubren el abominable hecho de explotar a sus madres como mujeres de servicios gratuitos, se esconde el hecho cierto y práctico de la esclavitud que usufructúan en nombre del amor y del lugar común de decir “a ella eso la hace muy feliz y por tanto atiende a todo el mundo”. Nada en la vida que requiera esfuerzo físico a tan avanzada edad puede hacer feliz a una persona que no sea el descanso y el disfrute de la serenidad y el reposo en comodidad. Esta señora que tiene hijos en Venezuela, Panamá y en Estados Unidos hace un periplo anual para visitar a sus hijos por la necesidad natural y afectiva que normalmente tiene una madre. Dos de sus hijos viven en Estados Unidos y ambos se la disputan con argumentos falsos de cariño y afecto, solo con la intención de ser atendidos gratuitamente en el consentir de lavar, planchar y cocinar, no solo a sus hijos sino también a todo el clan de estos dos hermanos (esposa y esposo) que por demás incluyen niños lactantes y niñas en la dificultosa edad de la adolescencia. He visto con mis propios ojos el cansancio, trasnocho y desmejoramiento de salud que le acontece a esta señora por dedicar más de doce horas diarias a la atención de estos quehaceres que por lo demás están prohibidos en los Estados Unidos de Norteamérica. Los latinos normalmente están acostumbrados a esta clase de abusos,  y por pertenecer a culturas primitivas no logran entender porque en un país civilizado este trato es penado y en algunos casos -de acuerdo a su gravedad- considerado discriminación y explotación humana. Es tan natural para estos venezolanos abusar de la frágil anciana solo con el argumento falaz de que en esos quehaceres la señora se siente dueña, feliz  y ama de la casa. Yo me pregunto ¿no será una verdadera demostración de amor el invitarla a un crucero o algún spa de lujo? ¿no es acaso un abuso el explotar gratuitamente a un ser humano con el chantaje moral de ser la madre?. Preguntas como estas no son respondidas, más aún si observamos nuestros países y sus desastrosos estándares de vida, donde un anciano jamás descansa o disfruta de su vida, bien sea porque sus pensiones son muy miserables o porque al final de sus días le toca atender y consentir a los irresponsables de su prole, que enmascarados con el amor maternal explotan y esclavizan a mas no poder a sus "queridas madres" y en muchos casos hasta sus abuelas. Es momento de reflexionar y comparar la actitud de las madres de los países desarrollados y sus estándares de vida en la tercera edad, y sobre todo el concepto que se tiene de lo que es disfrutar de la vejes acompañada de sus hijos y nietos que para nada tiene que ver con lavar, planchar, cocinar y mucho menos limpiar las heces de sus perros.                        

1 comentario:

  1. Querido Amigo,
    Agradezco antes que nada que te hayas pasado un ratito por mi blog y hayas decidido dejar tu comentario, me alegro mucho saber de ti, permite que te diga que lo del aprovechamiento de los abuelos es algo que no tiene que ver con la cultura o el desarrollo que tengas sino con la conciencia que al fin de cuentas es la única que luego nos pasa factura, y si no ya se encargará el destino de cobrarlas, aqui en España hay de todo como alli, sé de muchas hijas e hijos que se desviven por sus madres o familiares,y otros que ni siquiera pasan a saber de ellos pero en fin de todo hay en la viña del Señor ya sabes... Y que VIVA LA DIVINA PASTORA!! aunque estemos lejos de allí.

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