lunes, 31 de diciembre de 2012

LOS BOLIGURGUESES CHAVISTAS REFUGIADOS EN PANAMA.


He tenido la desgracia de conocer a varios boliburgueses chavistas que refugian sus fortunas mal habidas en Panamá, tierra a la cual no respetan y se burlan de sus leyes. Estos personajes por lo general son arrogantes e idiotas, una combinación tan desagradable y a la vez pintoresca. Los verdaderos empresarios son personas emprendedoras, soñadores activos que activan sus fuerzas creativas para producir riquezas. Los chavistas boliburgueses por lo general son testaferros de algún militar o político corrupto que desde Venezuela lava el dinero robado a todos sus conciudadanos. Conocí a un par de idiotas venezolanos que definitivamente son testaferros de algún militar y que se han enriquecido con el dinero de PDVSA. Uno de ellos un imbécil maltratado por su finado padre lo ha convertido en una personalidad megalómana y tímida, combinación abyecta que le hace parecer un homosexual reprimido aunado a sus ademanes delicados y femeninos. Este idiota gasta la fortuna mal habida de sus familiares solo por complacer sus deseos de creerse inteligente y ejecutivo ejemplar, cometiendo tantos errores financieros y dilapidando la fortuna que le fue encomendada por sus superiores en la tierra venezolana. El otro, un tipo gris y cobarde que necesita que sus obreros y empleados lo acompañen en las noches ya que por su total cobardía le teme a la oscuridad y no puede dormir solo. Estas características de personajes que duermen en tierras panameñas avergüenzan a la población venezolana decente que habita este bello país y además nos perjudica en imagen ya que muchos de los panameños honorables que trabajan con este tipo de personajes deben soportar los desmanes y el maltratos que la arrogancia y su infinita estupidez les hacen cometer. Las fortunas mal habidas jamás prosperan, menos en países donde la libertad y las empresas legítimas progresan en base a la competencia y la verdadera práctica empresarial y no a la conexión patética con políticos y militares venezolanos que robando a ese pueblo vienen a esta bella patria panameña a alardear de talentos que no poseen y honores inmerecidos. Ojalá esta pesadilla boliburguesa venezolana pase y estos imbéciles desaparezcan y se ubiquen en el sitial que les corresponde: la cárcel o el infierno, lo cual en Venezuela es lo mismo.     

martes, 25 de diciembre de 2012

LAS ESTADISTICAS: CRITICADAS POR SER TAN REVELADORAS:


Las estadísticas siempre han sido criticadas por aquellos que ignoran por completo sus principios, métodos y postulados. Siempre escuchamos decir cosas como “las estadísticas no sirven para evaluar la conducta humana”, algo que no tiene sentido cando nos referimos al análisis de la historia para inferir el futuro incluso en el comportamiento humano. Recientemente leí un trabajo del instituto nacional de estadísticas de México donde se hablaba de las relaciones sexuales. En este trabajo se determinó que el 4,1% de las mujeres entre 18 y 49 años había tenido relaciones sexuales con más de 10 hombres a lo largo de su vida y con este mismo número de mujeres los hombres en un 20%. Una amiga con la cual discutí este trabajo se sintió mal por estar en este pequeño grupo del 4,1% de mujeres pero al final concluyó que la nueva era, el liberalismo en relación al sexo y la independencia actual de las mujeres hacen que este porcentaje vaya en aumento aun cuando todavía se considere esta cifra como promiscuidad. Mi amiga, haciendo uso de la estadística se atrevió a inferir el comportamiento femenino en el futuro. Este dato que está aplicado exclusivamente al sexo nos demuestra que las estadísticas si pueden predecir la conducta humana, por lo cual sabemos que es menos probable estar con una mujer que haya tenido una vida promiscua a lo largo de su vida y que solo ese 4,1% de forma aleatoria se distribuye en aquellos desafortunados que se ganan esta promiscua lotería. Las estadísticas definitivamente pueden describir e inferir el comportamiento humano, por lo cual es una tontería –por no decir una estupidez e ignorancia- el seguir cuestionando su reconocimiento como ciencia.