RAFAEL POLEO EXCELENTE PERIODISTA Y GRAN DISTORSIONADOR IDEOLÓGICO DE LOS VENEZOLANOS

No entiendo como Rafael Poleo, siendo un tipo tan curioso y agudo no haya entendido que la socialdemocracia ya no tiene sentido, por mucha voluntad y buenas intenciones que esta  ideología pregona, la cual no dudo que lo haga de buena intención. Creer que una persona no es capaz de resolver sus problemas y que necesita la caridad de otro para lograrlo es menospreciar la capacidad humana y lo que es peor coartar la libertad de manera omnisciente. Pensar que en la MUD está el candidato a la solución de los problemas de Venezuela es tropezarse con la misma piedra. Allí no hay nuevas ideas, alli no hay nada que no se parezca a lo que ha llevado a destruir el mundo y sobre todo allí está el germen que carcome la consciencia de libertad en los seres humanos. Pensar que solo con ser solidarios vamos acabar con la pobreza y demás problemas es similar a las respuestas infantiles de las mises a la misma pregunta. No hay duda, Venezuela y sus generadores de opinión pública no  terminan de entender en que consiste ser un ser humano y que lo más sagrado y valioso es su libertad. Solo un candidato ofrece lo que es mas importante para una país, como lo es reducir el poder del estado y su gobierno para que tengamos más vida privadas. Ese candidato es Juan Carlos Sosa Azpurua, que lamentablemente los prejuicios y los estereotipos izquierdosos de Venezuela confunden sus propuestas con lo que ha sido su familia, la cual no dudo es muy honorable. Estas son las ideas de la libertad, donde el estado no hace falta, que para que seamos exitosos hace falta quitar trabas burocráticas gobierneras a nuestra vida privada. Pensar el la MUD o en sus candidatos como solución es confundir los problemas de Venezuela con los show del Mis Venezuela y protagonistas de novela. El Estado solo debe actuar en administración de justicia, seguridad, defensa y orden público. Ojalá Rafael Poleo lo entienda de una vez  y deje de confundir ideológicamente a los venezolanos. ¡Pablo Pérez presidente, por Dios, que cosa más absurda!