miércoles, 9 de noviembre de 2011

LA SUPERSTICIÓN GENERALIZADA DEL DEBER DEL ESTADO EN LA EMISIÓN DE MONEDAS.


Sin duda que los indignados están detrás de algo, intuyen que el sistema monetario en sus mecanismos complicados no está funcionando. Es decir, el status quo del orden internacional no está funcionando adecuadamente para que haya un mundo mejor. Lamentablemente no han dado en el clavo y lo que es peor han sido permeados por las tontas e inviables propuestas socialistas. Es innegable que el orden económico mundial debe actualizarse ya que la falta de empleo, la inflación y la quiebra de los estados es inminente y toda Europa y sus indignados se están alborotando. No cabe duda que siete mil millones de personas ya no pueden ser hipnotizadas con la superstición de seguir usando las monedas que emiten los gobiernos monopólicamente. Se han atribuido al estado estos superpoderes como si se tratara de una deidad espiritual sometiendo a sus países y al mundo entero a usar forzosamente el euro, el dólar y el resto de las monedas que emiten los gobiernos del mundo sin que estas divisas se correspondan a la valoración subjetiva de cada uno de los siete mil millones de personas que habitamos este planeta. Si los indignados no hubiesen sido infiltrados por el socialismo y su efectivo sistema de mercadeo con sus  incoherentes ideas, quizá habría la posibilidad de llevar la solución a la gran crisis económica mundial. No quiero ser arrogante al pretender dar con la solución perfecta, tampoco en este artículo puedo hacer una investigación profunda que explique detalladamente mi propuesta que no es más que hacer uso de la teoría austríaca de economía con respecto al crédito y la moneda. Sin embargo, la difusión de estas ideas lógicas deberían ser tomadas en cuenta por los indignados y su difusión deberían hacerse por todas las redes sociales. Esta escuela económica plantea quitar al estado el poder monopólico de emitir dinero, ya que la evidencia empírica ha demostrado que esta prerrogativa ha causado las recurrentes crisis financieras por las cuales ha pasado la humanidad a lo largo de su historia. El sistema económico mundial actual ha demostrado que el poder del estado y sus gobiernos de turno imprimen billetes para cubrir gasto público, ocasionando con esto un artificial crecimiento que al final termina en recesión, inflación y su consecuente desempleo, generando el descontento de la población mundial representados en los indignados europeos y americanos. Es el momento de hacer una propuesta seria para cambiar el sistema monetario mundial, volviendo al patrón oro y como decía  Frederick Hayek a la desnacionalización del dinero, permitiendo la libre emisión y circulación monetaria por parte de los entes privados y quitar el monopolio de la emisión de monedas al estado.  Estas simple lógica (pero complicada difusión) elaborada en mayor profundidad, podría regresar el privilegio a los ciudadanos de que ellos decidan que valor darle a sus monedas, logrando así un equilibrio entre la cantidad de bienes y servicios con la cantidad de moneda circulante en la economía. Para finalizar nuevamente debo recalcar que el mundo entero puede ver el éxito de esta propuesta un uno de los países más pequeños del mundo, el cual desde su fundación ha dado a sus ciudadanos el poder de usar la moneda que su valoración subjetiva estime. Estoy hablando de Panamá que en sus 108 años de vida republicana no ha sufrido inflación (2% promedio anual) ya que no existe un banco central que obligue forzosamente el uso de una moneda en particular. Es decir en Panamá no existe en la población la superstición de que debe ser el estado el encargado de emitir la moneda. Esta prueba irrefutable debe ser admirada e investigada por las mentes más lúcidas en materia económica y usar su ejemplo para producir un nuevo sistema que lleve tranquilidad y sobre todo el equilibrio permanente a los distintos países que existen en este atribulado mundo.                 

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