No es casualidad que Satoshi Nakamoto, antes de diseñar el algoritmo de Bitcoin, reflexionara sobre la cantidad finita de oro en el planeta. El oro, adorado por la humanidad durante milenios, ha sido considerado simbolo de valor y permanencia. Incluso la Biblia lo menciona en el Genesis (2:12-13) como “ bueno ” , dandole un caracter que trasciende lo material. El jurista panameno Justo Arosemena observaba que el hombre, desde su dimension espiritual, siente una fascinacion particular por el oro: su brillo recuerda al sol de la mañana, esa hora en que puede mirarse sin daño visual. En ese destello dorado el ser humano proyecta la idea de un orden superior. Por ello, incluso para ateos y agnósticos, este metal precioso conecta con algo que trasciende lo físico.
Pero el oro es escaso. Para obtenerlo hay que trabajar, minar, gastar energia mental y física por cada microgramo. Las cifras actuales son claras: en la historia se han extraido alrededor de 212,000 a 216,000 toneladas métricas de oro, y se calculan reservas conocidas por unas 50,000 a 60,000 toneladas adicionales. Su límite es ineludible.
El diseño de Bitcoin refleja esta logica de escasez. Nakamoto fijo un maximo de 21 millones
de bitcoins, cada uno divisible en 100 millones de fracciones llamadas satoshis. Asi, el total de la red es de 2.1 cuatrillones de satoshis. Si se compara esa cifra con las 210,000 toneladas de oro como aproximacion, la relacion simbolica seria de 10 satoshis por cada microgramo de oro.
Este concepto, que podriamos llamar el “ Indice Nakamoto-Arosemena ”, plantea una equivalencia espiritual y economica: Bitcoin como reflejo digital del oro. En esta vision, el oro no necesita estar fisicamente en las manos de las personas para dar confianza. Basta con conocer su cantidad total y su caracter limitado. Asi, Bitcoin se convierte en el oro de la era digital, una contabilidad matematica que trasciende fronteras.
En última instancia, Bitcoin y oro quedarian vinculados como moneda dual de la humanidad:
uno físico, eterno y limitado; el otro digital, matematico y descentralizado. Ambos reflejan la
misma verdad: la escasez es la base del valor.
Propuesta:
Este ensayo presenta el Índice de Nakamoto-Arosemena, una propuesta conceptual
que conecta el suministro finito de Bitcoin con las reservas estimadas de oro
en la Tierra. La formulación parte de una equivalencia matemática simple: 10
satoshis corresponden a 1 microgramo de oro.
Definición formal:
El Índice de Nakamoto-Arosemena, creado por Humberto
José Rivero Meléndez, se define como:
10 satoshis ≡ 1 µg de oro
Fundamento matemático:
- Oferta total de Bitcoin: 21,000,000 BTC ×
100,000,000 satoshis = 2.1 × 10^15 satoshis.
- Reservas de oro: 210,000 toneladas métricas = 2.1 × 10^14 µg.
- Proporción resultante: 2.1 × 10^15 ÷ 2.1 × 10^14 = 10 sat/µg.
Tabla comparativa:
Concepto |
Cantidad |
Suministro
total de Bitcoin |
2.1 × 10^15
satoshis |
Reservas estimadas de oro |
2.1 × 10^14 µg |
Relación
estructural |
10 satoshis
/ 1 µg oro |
Implicaciones del Índice:
- 10 satoshis equivalen a 1 µg de oro.
- 1 satoshi equivale a 0.1 µg de oro.
- 1 BTC (100,000,000 satoshis) corresponde a 10,000,000 µg = 10 gramos de oro.
La relevancia del índice radica en su capacidad de unir dos activos de
naturaleza finita: el oro, limitado por la geología de la Tierra, y Bitcoin,
limitado por el protocolo blockchain.
Conclusión
El Índice de Nakamoto-Arosemena es una creación de Humberto José Rivero
Meléndez. Constituye un marco conceptual que une lo digital y lo físico en la
economía global. No busca establecer un precio de mercado inmediato, sino una
proporción estructural que facilita entender cómo Bitcoin y el oro se
relacionan como reservas de valor, el cual debería ser usado como unidad de cuenta contable en todas las organizaciones del mundo, tanto privadas como estadales, ya que con esta nueva metodología se evitaría de forma automática el ajuste por inflación y las empresas de forma implícita tendrían ajustados sus balances contables, es decir sus activos, pasivos y capital a dos activos que no se deprecian, uno físico (el oro) y el otro digital (bitcoin), este último que evitaría que los mercados internacionales del oro especulen en cuanto a la cantidad de oro a tranzar. Esta es una propuesta inspirada en los trabajos del Don Justo Arosemena y su "colón dorado" cuando en 1867 sugiere crear una unidad monetaria internacional bajo el patrón oro que debía ser usada por todos los paises involucrados. Solo que esta véz se incorpora el blockchain como seguridad y transparencia y el bitcoin como variable del "Indice de Nakamoto-Arosemena" que se propone como unidad de cuenta internacional, lo cual implica también que no hace falta tener acumulado físicamente el oro como se plantea en el tradicional patrón oro clasico.
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