sábado, 19 de noviembre de 2016

LA “CATALAXIA, ¿LA NUEVA IDEOLOGÍA DETRÁS DE LA DIMENSIÓN HUMANA MATERIAL QUE RESPALDA EL USO DEL BITCOIN?

En estos días he estado reflexionando sobre el bitcoin y su autoría desde el punto de vista ideológico. Los anarcocapitalistas se atribuyen su éxito porque se adapta a sus ideas ya que supuestamente “elimina el estado o la autoridad monetaria”, los liberales y libertarios también atribuyen sus cualidades a la mejor representación del Estado limitado ya que dentro de los protocolos de las distintas plataformas para comprar, pagar y vender usando bitcoin existe una especie (según ellos) de estado limitado y absolutamente objetivo que sirve de “autoridad” ya que controla y sanciona virtualmente con su reputación a todo aquel que ose estafar en alguna transacción. De hecho las estadísticas que llevan sobre cada comprador y vendedor semejan a un record policivo de las naciones. Sin embargo yo creo que estas tres corrientes promotoras del capitalismo no se han percatado de que el BITCOIN NO ES UNA MONEDA ya que no suena (sentido del oído), no es física (sentido del tacto) y tampoco la puedes ver ni oler (sentido de la vista y olfato), es decir con el bitcoin no puedes jugar al azar del “cara o sello” y tampoco guardarla como moneda de la suerte. Su única cualidad es como reserva de valor y adicionalmente como valor de cambio dadas las coincidencias puntuales de necesidades del comprador, pagador y el vendedor. Veamos la definición de la palabra catalaxia que es el título de este artículo:

Catalaxia: “El concepto fue empleado de manera sistemática por primera ocasión por el economista austriaco Ludwig von Mises. Friedrich Hayek usó el término catalaxia para describir «el orden que surge por el ajuste recíproco de muchas economías individuales en un mercado»” (Wikipidia)

Este concepto es el que mejor se adapta para ubicar la autoría “ideológica o concepto intelectual” del bitcoin y creo que allí todos los liberales clásicos, libertarios y anarcocapitalistas podemos coincidir ya que si algo no debe estar en discusión es que la tecnología cada día nos hace más libres y la “dimensión material humana” ha sido beneficiada con la tecnología de blockchain implícita en el bitcoin para hacer intercambios “voluntarios basados en la confianza y coincidencias de necesidades de dos personas, solo ellas y nadie más salvo la web y su protocolo de seguridad escogido libremente por el usuario. Cuando afirmo que el bitcoin no es una moneda me refiero a que el bitcoin vino a resolver al problema del trueque de siglos atrás que en esos tiempos se resolvió al convertir productos materiales en otra cosa como el concepto de “dinero” que minó el imaginario colectivo del mundo entero y que en su época tuvo las mismas dudas de las cuales hoy también tiene el bitcoin, pero que espontáneamente poco a poco ha sido aceptada como lo fue la sal, el tabaco, las pieles, la plata y el oro. El trueque hace miles de años era un problema cuando había que intercambiar productos materiales indivisibles como una vaca por tres ovejas. La transacción se daba pero era lento y engorroso encontrar esas coincidencias de necesidades en dos personas. Allí aparece la sal que es un mineral, es materia de valor de uso y que el “orden espontaneo” convirtió en dinero desfigurando su propia esencia natural de mineral físico a un concepto mental, metafísico e hipnótico como el dinero. Pero la sal, el tabaco y las pieles se desgastan por lo que no sirvieron de reserva de valor, dando paso al oro y la plata que si cumplen con todas las cualidades del dinero de ser divisible, fungible (una onza de oro es la misma onza de oro en cualquier parte del mundo) y no se desgasta por lo que sirve de reserva de valor. Incluso el oro en sus inicios no tuvo la misma aceptación dada su escasez o abundancia relativa de acuerdo a las zonas donde se usa como por ejemplo cuando los aborígenes y españoles intercambiaron espejitos que eran muy valiosos en América dada su escasez, por oro que tenían en abundancia estos aborígenes. A estos aborígenes les parecía una locura que los españoles se fascinaran con el oro, mientras los españoles se impresionaban por la poca importancia que éstos le daban al mineral dorado. Esta percepción no tenía nada que ver con las propiedades materiales de las cuales está cargada la realidad física del oro y los espejos ya que ambos tienen propiedades físicas que no se relacionan con su valor,  salvo la subjetividad que los compradores y vendedores le otorguen en si imaginación.
El dinero resultó hipnótico para las personas ya que en él interactúan las dimensiones humanas materiales, emocionales, místicas y racionales. Estas dos últimas dimensiones fueron las que  hipnotizó a la humanidad con el concepto “dinero” ya que ese paso de realidad física a valor subjetivo inmaterial se quedó como paradigma o arquetipo de que el dinero no es solo propiedades físicas si no riqueza así sea un pedazo de papel. Y todo esto comenzó cuando los orfebres comenzaron a acuñar monedas a los particulares quienes al ver que cargar muchas monedas en sus bolsillos no era nada práctico decidieron aceptar un papel que llamaron “pagaré” escrito en papel que era respaldado por el oro que custodiaba el orfebre, transformando a muchos de estos orfebres en banqueros ya que éstos observaron que esos pagarés o billetes no eran canjeados por sus dueños inmediatamente lo que les inspiró a prestar a crédito y por un interés más billetes en cantidad nominal (imaginario) a la cantidad de respaldo material en oro que realmente tenían custodiando (propiedades reales). Esto, siglos más tarde dio origen a los nefastos Bancos Centrales por parte de un puñado de estrategas tramposos que observaron la hipnosis de la humanidad y lograron hacer un gran negocio mercantilista de ello imprimiendo billetes con respaldo en oro que a medida que imprimían más la relación cociente entre billetes y oro era mayor traduciéndose en inflación. Finalmente y para terminar de estafarnos hace 45 años ese respaldo en oro se terminó dando paso a la mayor estafa a la humanidad con los llamados “dineros fiduciarios” que no es otra cosa que billetes respaldado por la palabra de estafadores como lo son los bancos centrales y la mayoría de los gobiernos del mundo. De hecho los bancos centrales fue una idea de los marxistas con el manifiesto comunista de 1848 y que los mercantilistas usaron a su antojo creándose esa cruel alianza entre “empresarios” mercantilistas con gobiernos socialista que se benefician de la amistad de gobernantes de turno, empresarios y banqueros. Incluso y para volver al tema del origen del bitcoin, en el libro del alemán Heiz Dieterich “Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI” publicado en el año 2004, en uno de sus capítulos se refiere a los mercados de intercambios de equivalencias donde los computadores harían la equivalencia del valor trabajo de cada bien y allí el intercambio sería justo según él, solo que Dieterich no rompió el paradigma del dinero y esto lo llevó a proponer una moneda llamada “Ficha de valor trabajo” la cual circularía en mercados específicos y que el mismo asesino Hugo Chávez llegó a ensayar con la moneda “Lionza” en un pueblo del Estado Miranda y Estado Yaracuy en la afligida Venezuela.

Lo cierto es que el bitcoin hace posible la vuelta al trueque sin la engorrosa transacción de bienes físicos indivisibles, dado que un archivo electrónico que erróneamente llaman “dinero” funge como “Ficha de valor”, eso sí, sin la estupidez marxista de creer que el valor de un bien es el costo de trabajo si no que el bitcoin es valorado de acuerdo a las valoraciones subjetivas de los que acuden a ese mercado e incluso su uso es tan intimo entre comprador y vendedor que no podemos hablar de “precio del bitcoin respecto a otra moneda” ya que varía entre uno y otro. Quizá esto último se da por el proceso de ajuste espontaneo y porque aún las vacas y las ovejas se siguen tasando en monedas fiduciarias pero que sin duda pronto dejaran de existir y habrá un nuevo concepto de banca que se relacionará más con servicios profesionales que con servicios financieros ya que el ahorro de cualquier agente económico debe convertirse en crédito real para que así se produzca un crecimiento sostenido de la producción de bienes y servicios sin inflación. Estos nuevos bancos o servicios profesionales no podrán aplicar el encaje legal y sus reservas prestadas en bitcoin serán las mismas que tengan depositadas en sus “Wallet”, que sin duda pasarán a ser las nuevas bóvedas bancarias que en sus inicios usaron los orfebres.  En fin el BITCOIN no es más que un facilitador de intercambios de bienes y servicios reales materialmente y la humanidad acaba de entrar en una nueva cultura (como lo dice mi amigo Luís Madero Coronel) que definitivamente cambiará el imaginario colectivo y despertando a la humanidad de la hipnosis monetaria que nos ha empobrecido por muchos años.
Lo importante del dinero y los mercados es la propiedad privada y sobre todo la “libertad de Elegir” más allá del respaldo que tenga una moneda, como por ejemplo Panamá que no ha sufrido de inflación a pesar de no tener “patrón oro”  ya que no tienen moneda de curso forzoso lo que se traduce en que existe “libertad de elegir” de la moneda por parte de los agentes económicos. Por eso un Bitcoin será siempre un Bitcoin así como una onza de oro siempre será una onza de oro así pasen mil años y con ellas se podrá cambiar vacas, toros, etc y no solo billetes como hoy pasa, ya que en el mediano plazo estos “dineros fiduciarios” dejarán de existir sobre la faz de la tierra.
Si no ha comprado o vendido en Bitcoin quizá no entienda este artículo y no vea las diferencias del Bitcoin con otras criptomonedas que si son controladas por algún ente que generalmente la crean para no rendirse ante el hecho de que la historia del dinero fiduciario, que no es más que dinero controlado por algún agente central está llegando a su fin y la humanidad se enfrenta a la más grande libertad monetaria que pueda darse en miles de años.  

            

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