TODA UNA VIDA SIN VERDADERA LIBERTAD POR LA INSISTENCIA DE LOS INTELECTUALES Y POLÍTICOS EN CREAR E IMPONER “ISMOS”

Este último siglo ha sido patético en cuanto a las ideas de cómo deben respetarse los seres humanos. Toda una maraña de “ismos” ha invadido las mentes inconcientes de los seres humanos y de otros pocos que aparentando estar concientes proponen y modifican los modelos de las naciones, siempre – eso sí- coartando la libertad de los siete mil millones de personas que habitamos el planeta. Por un lado tenemos a los progresistas que con buena voluntad o no, pretenden ayudar al prójimo dirigiendo sus vidas, estableciendo organizaciones que de una u otra manera llegan al poder y con un marasmo de leyes consideran que el mundo está resuelto y que la ansiada felicidad se ha conseguido. En eso anda la socialdemocracia desde hace más de 100 años que con sus bancos centrales y la prerrogativa de bajar o subir tasas de interés, imprimen billetes a cambio de papeles que dicen “deuda soberana” como si la palabra soberana generara riqueza o trabajo productivo. Es decir, un grupo de burócratas manipulan “las variables económicas” como si los individuos se trataran de atunes cebados por arenques que responden a instintos y no a “razonamientos individuales” que para nada se parecen unos de otros, sobre todo en este mundo que cada día es más difícil definir una cultura o una nación. Eso es lo que han hecho los demócratas y republicanos en Estados Unidos desde hace más de cien años con su reserva federal y la eliminación del patrón oro, emulado por el resto de las naciones del orbe y sus respectivos bancos centrales. Por otra parte los partidos comunistas con su prédica de querer determinar que se debe consumir, cuanto se debe consumir y que valor debemos tener de esos bienes a consumir. Aunado a esto lo más terrible es que pretenden decir en que debe trabajar cada persona según la frase “a cada quien lo que necesita y de cada quien según sus capacidades”. También está esa especie rara de los “neoliberales” que presumen de defender la libertad pero de forma arrogante dicen que “todavía no es el momento de eliminar el banco central y establecer la libre circulación de monedas o el patrón oro”, como si ellos y solo ellos entendieran las bondades de ese sistema de dinero limpio (patrón oro), colocando la política monetaria en un plano intelectual elitesco. En fin, cada uno cree tener la verdad en sus mentes, cada uno la defiende y la impone olvidando que precisamente la libertad no acepta “ismos” ni imposiciones, que cada una de las conquistas intelectuales deben ser por convicción y no por imposición, que la libertad es espontánea y que es esto último lo que establece un verdadero orden y armonía, donde cada persona tiene la libertad de buscar su felicidad de acuerdo a sus valores, sus gustos y sus capacidades en interacción respetuosa, pacífica y voluntaria con otros seres humanos. Nadie puede imponer leyes, salvo las que exigen el respeto a la vida, la libertad y la propiedad y que estas garanticen que cada quien persiga su felicidad por lo medios que quiera, siempre –eso sí- respetando esas tres valiosas palabras citadas anteriormente: libertad, vida y propiedad.